Solo Pedir

        Con demasiada frecuencia en la vida aceptamos cosas que el enemigo de nuestra alma está tratando de poner encima de nosotros. Hablamos de 'mi' enfermedad como si la poseyéramos, y si hablamos de esa manera, las poseeremos.

Envejecemos en la vida y decimos:  “Debido a que estoy poniéndome viejo, puedo esperar que estas cosas sucedan”. Los seres humanos pueden vivir con muchas cosas que se nos presenten. Nos acostumbramos a lo que sea. Aguantamos las cosas que se nos presentan porque ‘estamos poniéndonos viejos’, o ‘así es la vida, o a mis padres les pasaba lo mismo’, etc.

    Aceptamos demasiadas cosas que no necesitamos aceptar. Estaba caminando hacia la iglesia un domingo por la mañana, cuando me mareé y casi me caigo. Le pedí a Dios que me devolviera el equilibrio y lo hizo. No he tenido un mareo desde entonces. Había una mujer de 70 años que fue a su médico para un chequeo. Después de ver a la mujer, el médico dijo que ella tenía la enfermedad de Parkinson. La señora dijo “No, yo no”; y ella no la tenía. No tenemos que aceptar lo que sea 'eso' solo porque el médico u otras personas dicen que 'lo tenemos'.

    Nos gusta darles a nuestros hijos las cosas que mejoran su vida y ayudarlos en la vida. ¿Cuánto más nos ama Dios? Él quiere darnos las cosas que mejorarán nuestra vida. Somos los hijos de Dios y Él es nuestro Padre.  Sin embargo, primero debemos creerle y confesar con nuestra boca que Él quiere que seamos sanados.  Moisés tenía 120 años y su fuerza no disminuyó y sus ojos no se nublaron. Cuando necesitamos algo como la sanidad, pagar nuestras cuentas, ayudar a nuestros hijos, o cualquiera que sea la necesidad, solo tenemos que pedir. Dios quiere una relación con nosotros para que podamos depender de Él para todas nuestras necesidades. Solo tenemos que Pedir.

Nueva Versión Reina Valera
Mateo 6:8 “Por tanto, no seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes de que le pidáis.”

Nueva Versión Reina Valera
Mateo 7:7  “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”